Y mientras por estos días las disputas territoriales entre las bandas narco suman presencia en los titulares –como sucedió esta semana en la provincia de Santa Fe– la situación está lejos de terminar. Por el contrario, Etcharren no augura una resolución a la problemática, al menos en el corto plazo.
La experta, quien hace tiempo advirtió sobre cómo Argentina era un "estado embrionario" para grupos como las maras, no solo cree que ya han desembarcado en el territorio argentino, sino que también asegura que en los últimos cuatro años "se creó un espacio propicio para las bandas narco locales y para la penetración de células de Colombia y México".
"El narcotráfico no es un fenómeno de la última década. Viene desde los años 80, pero estalló en los últimos cuatro años de este gobierno", asegura, mientras explica que la inacción del Estado dio lugar a la expansión del fenómeno importado desde América Central.
"Las maras son organizaciones criminales que comienzan siendo pandillas. Luego son divisadas en el barrio por las malas fuerzas de seguridad y se recluta a aquellas que quieran trascender en el crimen organizado. Los jóvenes son indoctrinados, se les da estructura económica y adiestramiento paramilitar, y ahí es que queda conformada la mara y sus vínculos directos con el narcotráfico".
"El narcotráfico en Argentina está en su etapa superior, que es el lavado de dinero"
A tres días del asesinato del padre del líder narco "Pollo" Bassi en Villa Gobernador Gálvez en un presunto ajuste de cuentas y otro episodio de la batalla entre bandas que parece haber tomado la provincia de Santa Fe debido a una pobre política de seguridad que el socialismo heredó del justicialismo, y que empeoró bajo las administraciones de Hermes Binner y Antonio Bonfatti.
"El socialismo podría haber mejorado la situación pero la empeoró. Hoy 'Los Monos´ podría convertirse en el primer cartel de la Argentina si logra trascender el país," asegura.
Con relación al reciente anuncio de la Presidente en relación a la reforma del Código Procesal Penal y la polémica que generó en torno a la expulsión de extranjeros involucrados en delitos graves, Etcharren asegura que es una buena decisión pero que la lucha contra estos crímenes "no puede hacer foco sólo en lo internacional".
"El delito también está a nivel local. Los que vienen a delinquir a Argentina lo hacen porque son delincuentes en sus países de origen y encuentran en este país una base local, ya sea una mara o una banda de narcos o una célula importada," explica.
Y asegura que hablar de una despenalización en esta instancia es de "una gran irresponsabilidad". "Estamos en un proceso de descomposición social sumamente grave, con un tejido social perforado. No se puede plantear un debate o abrir nuevos paradigmas" a través de la despenalización cuando se tiene una "gran base marginal", indicó.
A medida que se acrecienta este fenómeno, el año que viene no augura, por lo menos desde su visión, que la situación pueda revertirse ya que no logra identificar un candidato a la presidencia que cuente con "una estrategia clara" para atacar el fenómeno del narcotráfico.
"En Santa Fe el socialismo podría haber mejorado la situación, pero la empeoró"
"No veo una decisión política lo suficientemente contundente para avanzar sobre este tema. Quien asuma la próxima administración va a tener una herencia muy compleja en materia narcocriminal, con mucha marginalidad, ignorancia, una policía atravesada por la corrupción y nuevas policías que no están lo suficientemente preparadas para combatir el crimen organizado". Etcharren también agrega que la estrategia contra este flagelo se complica aún más "ya que a todo lo que tiene que ver con la aplicación de la ley de forma enérgica se le da una connotación oscura, como si fuera un regreso a los 70, y esto no es así".
Etcharren aclara que "la mano dura tampoco es la solución", y sugiere una "refundación" de la policía, una que funcione de forma similar al FBI en EEUU "con inteligencia y mecanismos de operación". Y asegura que una lucha directa contra los narcos, similar a la que se llevó a cabo en algunas regiones de México, "va a matar a mucha gente que nada tiene que ver con las bandas. Los narcos penetraron en las villas y en los countries. Están entre gente de trabajo y hemos quedado rehenes de eso. Los gobiernos nos entregaron como sociedad, nos rifaron a las diferentes vertientes del crimen organizado".
Y concluye: "Para licuar la penetración narcocriminal no basta con buenas intenciones, ni rezos, ni educación ni trabajo. Tiene que haber un imperio riguroso de la ley en Argentina, que hoy no hay".